Jujuy y el Centro del Mundo

compartimos estas Memorias de Damián Würschmidt, militante del Partido Humanista, de Tucumán…

Memorias
JUJUY Y EL CENTRO DEL MUNDO
A fines del mes de octubre del año 1995 estuve en Jujuy, ya que Silo había sido invitado a unas Jornadas de Filosofía organizadas por el Colegio Nacional en el que Raúl Noro era profesor. Asi fue que los humanistas aledaños nos movilizamos a tierra jujeña. Ya en el auditorio, colmado de gente, tiene lugar una intervención de Raúl para presentarlo o para agradecerle, no lo recuerdo bien,  pero sí que en ella hizo referencia a lo distante que estaba Jujuy de ser un centro de influencia, seguramente en el contexto de lo que se trataba en ese lugar, cuestiones relativas al pensamiento. Pienso que además se indicaba lo humilde del lugar y de la situación ya que no hacía mucho que Silo había sido distinguido como Doctor Honoris Causa en la Academia de Ciencias de Mocú, y allí estaba también con tiempo para llegarse a la Puna y presentar “¿Humanismo o Humanitarismo? La posicion del Nuevo Humanismo”. Luego de esperar pacientemente su turno, el Negro miro al costado, de reojo, con los anteojos a la mitad de la nariz y bajando un poco el mentón, luego hacia el frente donde el público expectante, para terminar diciendo: “Me permito disentir con el presentador…” y pasó a explicar, palabras más palabras menos, que en un planeta mundializado e interconectado como el actual, no había puntos más importantes que otros sino que tal como ocurre en una esfera todos estaban en igualdad y que lo que pasa en un lugar, rápidamente puede repercutir en cualquiera de los demás puntos sin tener que pasar necesariamente por un tercero. Poco tiempo después la disertación terminaba y el Negro, sentado en una butaca de la primera fila, reía y aplaudía pausadamente a un grupo musical autóctono del altiplano que cerró las jornadas.
Desde entonces, veo que muchos acontecimientos han ocurrido por fuera de los centros de poder, por fuera de las culturas dominantes y por fuera del pensamiento establecido. Seguramente varios tomaron debida nota de aquella enseñanza. No yo, por supuesto, que apenas distingo entre un recuerdo y un sueño… entre mi ombligo y el mundo.