Hoy martes 30 de Agosto se conmemora el día internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, establecido por la organización de naciones unidas en el año 2010, habida cuenta del aumento de víctimas.
Las desapariciones forzadas se dan cuando «se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley.»
En nuestro país y a causa de la dictadura genocida del ’76 tenemos 30000 desaparecides, compañeros y compañeras a quienes queremos recordar.
Una vez más diremos que La Pampa no fue una isla: tambien tenemos víctimas pampeanas del genocidio, como lo atestiguan los 67 Pañuelos de la Memoria que están instalados alrededor del monumento a San Martín en la plaza homónima.
Pero para que no quede en la abstracción de una definición veamos cuales son las consecuencias inmediatas de la desaparición:
Afecta a las propias victimas, quienes por estar desaparecidas ven violados todos sus derechos y como se desconoce su paradero tampoco pueden recibir ayuda de sus familiares y amigos, afecta a estos ya que genera una situación de angustia, temor y sosobra y se sienten amenzados al saber que tambien pueden desaparecer, además en muchas situaciones la persona desaparecida es sosten de familia y en consecuencia sufren un perjuicio económico. A su vez esta práctica es utilizada para generar terror en el conjunto de la ciudadanía.
La desaparición forzada es una grave violación de los derechos humanos ya que entre otros derechos se violan:
El derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica;
El derecho a la libertad y seguridad de la persona;
El derecho a no ser sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes;
El derecho a la vida, en caso de muerte de la persona desaparecida;
El derecho a una identidad;
El derecho a un juicio imparcial y a las debidas garantías judiciales;
El derecho a un recurso efectivo, con reparación e indemnización;
El derecho a conocer la verdad sobre las circunstancias de la desaparición.
Las desapariciones también suponen en general una violación de diversos derechos de carácter económico, social y cultural, tanto para las víctimas, así como sus familias:
El derecho a la protección y a la asistencia a la familia;
El derecho a un nivel de vida adecuado;
El derecho a la salud;
El derecho a la educación.
para finalizar quisiera resaltar la importancia de las políticas de memoria, verdad y justicia, para promover y proteger los derechos humanos y consolidar sociedades democráticas, políticas que en Argentina son impulsadas por los gobiernos comprometidos profundamente con su pueblo, ya que ha sido la lucha popular y sus organizaciones de base comenzando por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo quienes reclamaron en plena dictadura por la aparición de sus hijas, hijos, nietas y nietos.
Alba Fernández
Concejala